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Alberto Flores Galindo fue uno de los más renombrados historiadores y un símbolo honesto de la intelectualidad de la izquierda peruana. Aparte de los halagos y recordatorios sobre su vida y obra, hay que evocar una de sus tesis de trabajo el cual –para mí- merece toda la valoración de Flores Galindo y es con la figura de José Carlos Mariátegui y sobre sus conclusiones que saca entorno al Amauta, publicada en su texto “La agonía de Mariátegui: La polémica con la Komintern” (1980). En este texto señala que la futura escisión del partido fundado por JCM fue por el alejamiento de la línea dogmatica e imperante de la II Internacional promovida por la URSS el cual Lenin dictaba lo que era primordialmente para la revolución mundial y lo políticamente correcto, cosa que para JCM era una imposición predominante de una línea ideológica del marxismo más que la doctrina prioritaria para la revolución mundial, es por ello que no simpatizaba ni reconocía como fundamento para su propia versión del Socialismo sin calco ni copia, debemos también afirmar que JCM era ante todo un animal político, es decir, un hombre ligado con la moral de su acción y con la fundamentación de una ética propia generada por la tradición marxista, no obstante que su concurso en la revolución mundial era volver potable en la agenda política nacional el discurso socialista en el Perú.

La visión de JCM sobre el marxismo fue sui generis, el era un ideólogo convicto y confeso que tomaba el marxismo al igual como se profesa una religión y se asimila como un ejercicio intelectual antes que la labor de un político o un funcionario en ejercicio del poder milimetrado y direccionado por grupos o elites ajenos. JCM era ante todo un hombre pensante y un filósofo social más que un promotor y divulgador del marxismo. JCM estaba convencido que imponer como fase política para la revolución mundial la fase democrática-burguesa era un craso error, por ser una receta ajena y extraña a nuestra propia realidad y coyuntura, ante todo consideraba que en el Perú había una cuestión previa antes y que serviría para la revolución y era la cuestión racial, era la cuestión indígena, no nos escandalicemos ni por la temática ni la orientación que le dio nuestro Amauta –era común gracias al positivismo imperante de a principios del siglo XX- . Es asi que nace el factor indígena en la obra intelectual de JCM, el cual también partía de las tesis del positivista no universitario Manuel Gonzales Prada. Todo ello trae como consecuencia que la revolución en estas tierras “aún tomará un tiempo” pues la fase de lucha política para JCM era  establecer la fase radical de posibilitar el socialismo sin mas como respuesta a la crisis nacional y la redención de las amplias mayorías indígenas o mestizas del país.

JCM era un marxista-leninista heterodoxo que provenía de un marxismo intrínseco, cual nos vuelve a señalar el derrotero de la visión y el camino que traza para la construcción del socialismo en el país, y es ahí donde considero que este es el mayor valor de la obra de Flores Galindo, pensar en el país es pensar en colectivo, y ya no delimitarse en una posición de clase y segregación que sufre aun el cholo o indígena -que aún pervive, según Flores-Galindo- es asi como sostiene su reflexión fundamental de toda su vida, el cual siguiendo la visión marxista de JCM es donde encuentra la redefinición de la dimensión utópica de la modernidad para el país y salvaguardar la tradición del socialismo. Al revalorizar la obra de JCM plantea el siguiente problema para la agenda socialista y  que es lo que falta de trazar en la cuestión teórica de la tradición marxista en el país, recordemos a que el mismo Lenin lo consideraba fundamental.

Flores Galindo también desmenuza los avatares de la izquierda y su porvenir posterior, -el cual actualmente se encuentra en una decadencia teórica y práctica- recordemos que el proyecto de JCM era un esbozo. Flores Galindo logra afinar y apuntar a la izquierda peruana la siguiente sentencia: Al desechar las tesis de JCM perdíamos nuestra originalidad y la heterodoxia revolucionaria, el cual sin equivocarse el futuro de la izquierda estaba perdida. Flores Galindo seria el mas mariateguista de los mariateguistas al ser un auténtico revolucionario, al promover la heterodoxia revolucionaria socialista y sobre todo al buscar la verdad o alethéia, pues al ser capaz de romper las barreras dogmáticas del marxismo de base científica de la tradición izquierdista promovería la honestidad intelectual y generaría el rumbo revolucionario que sustentaría ese espíritu socialista. Por lo tanto, Flores Galindo se encuentra con el ser nacional, y la elaboración de una nueva ontología para el Perú, ese sujeto el cual recaería toda esa praxis revolucionaria y logos era el indio o el originario de estas tierras, y su verdadera redención a través del socialismo. Ubicarlo en el lugar que ocupa es el trabajo y meta de la izquierda peruana para no quedar anquilosada. Flores Galindo coincidió con el debate por parte de nuestra tradición filosófica peruana: la cuestión del indio. En eso creo –lo repito- radica su originalidad y su trascendencia. Debemos polemizar en la lucha entorno de las ideas ya sea a nivel ideológico e intelectual.

Por: José E. Chocce