Coronavirus en Perú | Iquitos: Médicos de EsSalud denuncian falta ...
Foto: RPP

La situación en Iquitos es de una verdadera crisis humanitaria. De esas que cuando ocurrían en otro países miles se solidarizan y pedían incluso una invasión extranjera. Hoy en nuestro oriente peruano, en nuestra cercana Amazonía, cada día mueren decenas de personas, sin importar su condición social ni cultural se mueren por falta de algo tan esencial como lo es el oxígeno, en el pulmón del mundo. Iquitos es la ciudad más poblada de la Amazonía y quizás de toda Latinoamérica que no cuenta con acceso vial como carreteras o vía ferroviaria que la interconecte con el resto del país, lo que siempre ha hecho de esta zona una de las más caras en costo de vida para la población que tiene que sufrir los efectos de una pandemia que ha empobrecido aún más a una región con más del 50 % de población anémica y desnutrida.

Las principales actividades de la región son el comercio (20% de su PBI) y el agro (11%). Ambas totalmente afectadas por la pandemia, la región pese a que cuenta con una alta dotación de recursos hídricos, presenta un bajo desarrollo de la pesca. Según el último censo realizado por el INEI, 4 de cada 10 personas en Loreto es pobre, queda claro que la corrupción de 4 gobiernos regionales genera hambre y miseria, si a esto le sumamos los problemas ligados al centralismo que históricamente ha visto a la Amazonía con desdén y con una visión meramente extractivista, podemos apreciar que la pandemia ha generado estragos enormes en una región con un sistema de salud calamitoso.

Perú cuenta con 12,8 médicos por cada 10 000 habitantes, muy por debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en promedio es de 33 por cada 10 000 habitantes. Antes de la pandemia Loreto se alejaba mucho del promedio nacional, 6,2 médicos por cada 10 000 habitantes, hoy la cifra ha disminuido, de los cerca de 588 médicos registrados por  el Colegio Médico en Loreto, 200 médicos aproximadamente están infectados, de los cuales 13 han fallecido trágicamente frente al abandono de un gobierno no sólo es insensible si no, que no ha garantizado mínimamente las condiciones laborales del personal de salud, vulnerando la Ley 29783 “Ley de Seguridad y de Salud en el Trabajo”.

El Estado no asumió su rol empleador del personal de salud ni siquiera en las áreas críticas, personal que hoy sería indispensable para poder tratar a la población en situación grave, dado  que un personal de salud podría atender en promedio a 30 por día se perdió innecesariamente la capacidad de atender en promedio a 6000 personas al día. Si a esto le sumamos los médicos actualmente en licencia que son aproximadamente 160 y que por alguna co-morbilidad, sólo realizan en el mejor de los casos atenciones telefónicas, la cifra de pérdida de atenciones se incrementa abismalmente y eso que faltaría incluir al personal de enfermería, obstetricia, laboratorio, personal técnico y de limpieza, he ahí la explicación del colapso del sistema de salud en Iquitos en lo que respecta a falta de recursos humanos. No es que tienen una corona, como lamentablemente el ministro de salud quiso darnos una lección de igualdad desde su céntrica visión capitalina, si pierdes soldados de la manera más absurda, ¿con quienes piensas ganar la guerra?, a quienes tendrás al frente para luchar contra el COVID – 19, que hoy parece ganar la batalla en Loreto, tal como ha declarado el Ex Ministro Oscar Ugarte.

El desaire del Ministro Zamora es por desconocimiento, omisión y falta de buen criterio, y no por su filiación política que puede ser contraria a quienes lideran hoy el Colegio Médico, como algunos políticos oportunistas hoy lo atacan cuando no hicieron nada estando en el poder por mejorar el sistema de salud pública. Pero nuestra crítica, la del cuerpo médico del Hospital Regional de Loreto y el Consejo Regional II del Colegio Médico va a las medidas adoptadas de no querer reconocer que se equivocó en el manejo de la crisis en Loreto, y sigue equivocándose no declarando en estado de catástrofe y desastre a Iquitos, no habilitando los puentes aéreos de manera oportuna, no instalar una planta de oxígeno y que un cura médico terminó demostrando tanto al Gobierno Regional y Central que cuando hay voluntad las cosas se hacen y no se está peloteando al dolor y sufrimiento humano y priorizando los EPPs necesarios para el personal salud.  Y por último sacando la Resolución Ministerial 283-2020 donde establece que dentro de los lineamientos para la Vigilancia, Prevención y Control de la Salud de los Trabajadores con Riesgo de Exposición a COVID-19 no es riesgoso que vayan a trabajar personas mayores de 60 años, con hipertensión, obesidad severa ni diabéticos entre otras co-morbilidades que en todos los reportes realizados por la comunidad médica internacional están claramente definidos como factores de riesgo y la mortalidad es alta en estos pacientes, como si esto fuera una crónica de cientos de muertes anunciadas.

No pedir disculpas por sus declaraciones desatinadas y mantener una soberbia  que no es capaz de reconocer los múltiples ejemplos en la historia que nos enseña a mantener tus tropas equipadas y a salvo, se imaginan si en la derrota de la batalla de Dunkerque no se hubieran escatimados los mayores esfuerzos para la operación Dinamo donde de los cerca de 400.000 soldados que se vieron sin escapatoria, se logró evacuar a 338.226, se imaginan si el Primer ministro británico, Winston Churchill, salía a declarar todos somos iguales y no podemos arriesgar la vida de miles de Británicos por esos soldados que no deben de tener corona, pues felizmente Churchill no era Zamora, sabía que si lograba realizar esa operación podría asegurarse de recursos humanos para un siguiente contra ataque y eso fue precisamente lo que ocurrió logrando cambiar el curso de la guerra para Gran Bretaña.

Las autoridades y la población deben entender que los profesionales de la salud conforman la fuerza principal que tenemos para poder abordar esta epidemia. Como primera consideración debemos tener el respaldo a la comunidad. Ellos están arriesgando su vida y son los que tienen mayor probabilidad de contagio en un hospital por atendernos y a nuestras familias.

Debemos entender que si la comunidad no tiene la capacidad de aceptar, entender y proteger a sus profesionales de salud, cuando estemos en situaciones complejas no vamos a tener quien nos atienda. Entonces no hagamos oídos sordos cuando nos piden apoyo los trabajadores de la salud: como sociedad tenemos que entenderlos y respaldarlos.

Desde Iquitos, por Alberto Vargas*

 

 

*Medico Cirujano – Ocupacional