
En estos días, algunos con resignación y otros como justificación quieren declarar la derrota de la sociedad peruana por los graves problemas estructurales que tenemos como país. Ir todos condenados a contar a los caídos de la guerra perdida contra el COVID 19.
Una característica que debemos potenciar de nuestros ancestros es que nuestro país no se rinde y frente a la adversidad trata de hacer todo lo posible por buscar prevalecer como sociedad. Estoy entre los que creen que se puede seguir luchando contra el virus y todas aquellas condiciones estructurales que le favorecen. En este artículo, presento dos propuestas que se pueden ejecutar por el Gobierno y que en lugar de estar echando la responsabilidad a la gente debería seriamente trabajarlas.
TODOS EN SU CASA CON BONO UNIVERSAL ¡YA!
El gobierno centró su estrategia en el “aislamiento social obligatorio” pero equivocó las medidas para garantizarlo. En las decisiones para que la cuarentena tenga éxito debió priorizarse la subsistencia de las personas. Conocemos que somos un país informal, la gran mayoría de las personas trabaja para la subsistencia diaria, entonces ¿Por qué limitar el bono compensatorio por cuarentena solo a los pobres o pobres extremos?, la única explicación posible es que no se quiso salir del marco de las políticas neoliberales. Como resultado tenemos a trabajadores independientes en la calle que buscan subsistir y tener recursos para la alimentación diaria. Se intentó ampliar a los independientes, pero no existía padrón, sumado a un pésimo sistema de información, dio como resultado muchos excluidos
Ante el inminente fracaso de las medidas que garanticen la inmovilidad social obligatoria, como la distribución de alimentos por los gobiernos locales (Que provocó varias acusaciones de corrupción e ineficacia en el reparto) y multa a los que desacatan las medidas. Tenemos cerca de 160 mil peruanos en distintas regiones del país movilizados para retornar a sus lugares de origen, sin dinero para sostenerse, rompiendo la medida de cuarentena.
Los continuos desaciertos del Gobierno nos están costando caro a los ciudadanos. Se presentó como alternativa un Bono Universal para todos los que se encuentran sin ingresos con la finalidad de cumplir el objetivo de la inmovilidad social, pero, el gobierno responde con un Bono Familiar Universal para las familias afectadas en sus ingresos. Qué manera de complicarse la vida, ¿Cómo se va a establecer cuál es la unidad familiar? No tenemos base de datos de hogares confiables y tenemos una administración ineficiente de las políticas públicas. Hasta hoy el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) no ha podido transferir a los 3 millones y medio de personas el primer bono de 380 soles, se les debe a alrededor de 800 mil familias. El segundo bono de 380 soles le falta aún a las 3 millones 500 mil familias y ahora debe darle a 2 millones 300 mil familias más, es decir 6 millones 800 mil familias el bono de 760 soles.
El objetivo de 2 semanas más de cuarentena, es el aislamiento social obligatorio, es decir que el virus no se mueva con las personas. En lugar de lograr ese objetivo, tenemos 100 mil ciudadanos moviéndose por el país tratando de regresar a sus lugares de origen. ¿Por qué no entregarle los 760 soles para que se queden quietos en un lugar? A esta impericia en decidir lo que suena de sentido común, le han agregado las dificultades para confeccionar la lista. Obviamente tendremos la dificultad de reconocer como usuarios del bono a las personas que viven solas, a las parejas recientemente constituidas que no tienen documento que avale su unidad, a los jóvenes que apoyan a sus hogares con sus ingresos sosteniendo a sus abuelos, a las parejas homosexuales, a los miles de desempleados por la crisis y podríamos enumerar varios otros casos. Entonces, ¿Cuál será el resultado? Seguiremos teniendo gente en las calles buscando su subsistencia y quebraremos la cuarentena con las consecuencias sanitarias y ¿Qué harán las autoridades? Simple, le volverán a echar la culpa a los ciudadanos.
Estamos perdiendo la oportunidad de evitar que el “virus se movilice” con la gente, lo que es el objetivo de la cuarentena. Por evitar filtraciones que le puede costar algunos millones al Estado, estamos poniendo en riesgo una medida cuyo objetivo es sanitario en defensa de la vida y la salud de miles de personas. Esto se puede poner más grave debido a la ineficiencia del Estado de entregar rápidamente el bono de 760 soles, que según declaraciones del Presidente Martín Vizcarra, se planea hacerla en 30 días. Los ciudadanos sin ingresos no podrán esperar ese tiempo, porque la necesidad que están enfrentando es la subsistencia. La salida rápida es entregar el bono universal a secas a todos los mayores de 18 años con DNI y que no tienen ingresos registrados en la planilla pública, privada y la SUNAT, SELECCIÓN INVERSA y pago inmediato.
EL PRIMER NIVEL DE ATENCIÓN INEXISTENTE EN LA LUCHA CONTRA LA PANDEMIA
Al incumplimiento de la inmovilidad social obligatoria, se suma la falta de Equipos de Protección Personal (EPP), el maltrato a la fuerza laboral (profesionales y trabajadores de salud), la ausente infraestructura y equipamiento para atender la mayor complejidad, y, ahora, se agrega la ausencia del primer nivel de atención frente a la pandemia.
Una de las estrategias que contribuyó al éxito en nuestra lucha contra el cólera en los años 90 fue el tejido social organizado en las comunidades, barrios con fuerte presencia de organizaciones de base y con articulación de trabajo con los gobiernos locales que desarrollaron planes de acción local que pudieron contener la epidemia en el primer nivel y enviar los casos más complejos a los hospitales. Todo esto se perdió y la actual gestión de gobierno no está haciendo nada para reactivar el primer nivel, por lo que ahora tenemos los hospitales frente al virus.
El 24 de junio de 2010, se aprobó la Resolución Ministerial Nª 520 – 2010 MINSA sobre el “FORTALECIMIENTO DEL PRIMER NIVEL DE ATENCIÓN, EN EL MARCO DEL ASEGURAMIENTO UNIVERSAL Y DESCENTRALIZACION EN SALUD CON ÉNFASIS EN LA ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD RENOVADA”. Después de 10 años de iniciada su ejecución y teniendo préstamos de 250 millones de dólares aprobados por el Banco Interamericano de Desarrollo (125 millones de dólares) y Banco Mundial (125 millones de dólares en marzo del 2019), destinado a la formación de Redes Integradas de Salud con especial énfasis en Lima y regiones priorizadas, hoy encontramos que dicho plan y esos objetivos anunciados, simplemente fueron buenas noticias. No se ejecutan y no se convocan a su cumplimiento.
Hemos escuchado muchas veces a las autoridades nacionales y sanitarias en particular, la poca responsabilidad que hay en los gobiernos subnacionales para enfrentar adecuadamente la pandemia. Es preocupante que el Gobierno Nacional, como autoridad sanitaria a través del MINSA, haya sostenido toda la estrategia en la respuesta hospitalaria centrada en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y en ventiladores mecánicos. Lejos de fortalecer el primer nivel de atención y establecer, como lo plantea el documento de la RM 520-2010–MINSA, la participación activa de los gobiernos locales y la participación de la comunidad, los ha excluido dándoles tareas menores.
Los municipios con el reparto de víveres, control de mercados y ayuda a la seguridad con el serenazgo, la red de organizaciones en sus casas, revela el desaprovechamiento de recursos y la falta de organización de una estrategia que combata al virus desde los barrios con inteligencia sanitaria local, que resuelva los problemas de salubridad y atienda en sus domicilios a los sospechosos o los confirmados en la etapa no complicada. Las estadísticas dicen que el 80% de pacientes con coronavirus puede ser atendidos en sus domicilios, solo el 20% requiere hospitalización y 5% UCI. Entonces ¿Por qué no fortalecemos la capacidad de respuesta donde está el 80%?
El resultado del neoliberalismo de priorizar la enfermedad antes que la salud ha llevado a construir un Ministerio de Salud que ha perdido todo lazo de comunicación con la sociedad y se ha refugiado en los hospitales. El haber desacumulado en capacidad de respuesta en el terreno de la salud pública es una de las debilidades que debe resolver la actual administración si quiere voltearle el partido al virus. La impresión que tenemos es que no estamos en esa dirección
CONCLUSIÓN:
La construcción de un Sistema Único de Salud es abordar la pandemia en su integridad, significa atacar las condiciones que hacen propicia su existencia, las que permiten su desarrollo, las que bloquean la capacidad de mitigación y crear las condiciones para lograr su derrota. Entre los cambios para el giro, recomendamos para el aislamiento obligatorio garantizar los medios de subsistencia, para contener la propagación el involucramiento de la sociedad y sus autoridades locales, para una eficaz respuesta prestacional se requiere una adecuada articulación del primer nivel con los de mayor complejidad a fin de garantizar una asistencia sanitaria adecuada y de calidad, construyendo un sistema que integre la capacidad de respuesta de las instituciones prestadoras. Es inaceptable que no exista unidad desde el territorio y que cada uno esté respondiendo a las contingencias sanitarias con sus propios recursos.
Por Mario Ríos*
*Profesor de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
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