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Por Camilo Gómez

La izquierda libertaria es muy amplia incluye pensadores desde Noam Chomsky, Guy Debord,  Cornelious Castoriadis o Antonio Negri. La izquierda libertaria tiene vertientes un tanto disidentes de los márgenes tradicionales de la izquierda.

Probablemente de todas esos vertientes el grupo más divergente es el de socialistas de libre mercado, también llamados anarquistas de mercado o anarquistas individualistas que son un grupo que es favorable a un verdadero libre mercado como forma de luchar contra la explotación capitalista evidenciada por la cooperación entre el Estado y las grandes corporaciones que termina en un Estado Corporativo que explota a los trabajadores. A diferencia de los socialistas de mercado están opuestos al Estado como distribuidor de las riquezas generadas por el comercio. Los socialistas de libre mercado podrían rastrearse al Siglo XIX con mutualistas como el francés Pierre-Joseph Proudhon o anarquistas individualistas norteamericanos como Benjamin Tucker o Lysander Spooner quienes están a favor de que los trabajadores se hagan con los medios de producción pero están opuestas a que sean controlados por un gobierno central. En la segunda mitad del siglo XX en la que encontramos un movimiento más parecido al actual. En Estados Unidos con la guerra de Vietnam en los 60s, algunos personajes antiguamente vinculados a la derecha como el economista de la Escuela Austriaca, Murray Rothbard fueron críticos de la guerra y buscaron una alianza con la izquierda radical representada por las Panteras Negras y Students for a Democratic Society en su oposición a la guerra y al draft. Uno de sus discípulos más conocidos fue Karl Hess, un antiguo periodista y escritor conservador también giraría a la izquierda aunque a diferencia de Rothbard nunca regreso a la derecha.

La mayoría de socialistas de libre mercado aceptan la definición de libertario como alguien que favorece el libre mercado y el principio de no agresión. El término usualmente en Estados Unidos suele confundirlos con los libertarios de derecha como Ron Paul, Lew Rockwell, Justin Raimondo o libertarios «cosmopolitas» como los escritores de la revista Reason y los investigadores del Cato Institute. No todos izquierdistas libertarios que favorecen el libre mercado se consideran socialistas y anarquistas, existe una pequeña cantidad que se considera «liberalterian», libertarios liberales que favorecen el libre mercado pero a diferencia de la mayoría de la izquierda libertaria cree que hay un cierto espacio para la redistribución gubernamental. El individualismo es algo que defienden tal y como lo hacía la pensadora anarcocomunista Emma Goldman.

El caso de Rothbard es bastante curioso pues es un economista discípulo de Ludwig von Mises que termino volviéndose un anarquista navegando por la derecha por buen aunque tuvo una etapa más izquierdista pero en general se lo define como un anarcocapitalista. El caso de Hess es aún más extraño habiendo sido escritor de discursos para el ex candidato presidencial como el conservador Barry Goldwater termino volviéndose anarquista luego de que Rothbard le sugiriera leer Emma Goldman.

Hoy existen libertarios de izquierda que prefieren ser llamados anarcocapitalistas, mientras existen quiénes dicen que las asociaciones de la palabra capitalismo eran negativas y no valían ser defendida. Rothbard era un anarquista y es en su época de izquierda en la que formula algunas de sus más radicales propuestas, incluido el derecho de los individuos de expropiar al Estado de sus posesiones así como a privados que hayan recibido beneficios del Estado. Su respuesta a cómo combatir el imperialismo era bastante radical como los trabajadores militares pagan impuestos han voluntariamente o no sido responsables de la masiva adquisición de equipo bélico al mismo tiempo han ganado derechos de propiedad con el uso y mantenimiento del armamento por lo que los trabajadores militares, señalaba Rothbard, tienen todo el derecho a tomar posesión de los armamentos y negar su uso de parte del Estado.

Otros socialistas de libre mercado incluían a Karl Hess cuyo texto La muerte de la política es tal vez la crítica más radical al progresivismo y al conservadurismo a los que acusa de estatismo. Defendía a la idea del pluralismo de libre mercado es decir que podría haber tanto capitalistas libertarios como socialistas libertarios. Sin embargo, Hess defendía la idea de las cooperativas y señalaba que aunque en general favorecía una economía laissez faire, consideraba que en una sociedad libre son los individuos los que  tienen que tomar decisiones incluyendo su preferencia por el cooperativismo. Un ecologista radical como Hess sorprendería al criticar la gran mayoría de la  legislación ambiental señalando que era parte del problema pues el Estado era uno de los mayores contaminadores. Hess encontraba en la izquierda radical especialmente en los anarquistas sus mayores aliados pues veía en el Estado un claro ejemplo de explotación, las jerarquías generadas por los gobiernos le parecían opuesta a su ideal descentralizador de comunidades anarquistas que logren subsistir por fuera del Estado, logrando usar energía solar y eólica para abastecerse de energía, usando trabajo comunal para construir sus viviendas y trabajando en cooperativas de piscigranjas y corrales para conseguir alimento; tal y como él lo hacía en la rural West Virginia. A diferencia de Rothbard cuya alianza con la izquierda fue pasajera por el tema de Vietnam, Hess permanecería a la izquierda toda su vida, tal vez por eso sea el mayor referente de la izquierda libertaria que favorece el libre mercado.

Otro gran socialista de libre sería un personaje un tanto enigmático de la contracultura. Robert Anton Wilson era un escritor de ciencia ficción conocido por su trilogía Iluminatus! dónde combinaba la sátira política, teorías de la conspiración y contracultura de los 60s con una fuerte dosis de anarquía. Wilson prefería el término libertario, su inspiración era radicalmente anti-autoritaria influyéndose no solo de la Nueva Izquierda sino del paganismo de ciertas facciones de la derecha europea que rayaban con lo anarquista. La influencia de sus textos llegaría incluso a populares series como Los Expedientes X.  Wilson era un escéptico del gobierno defendiendo el libre mercado y la justicia social al mismo tiempo.

Samuel Edward Konkin III (SEK III) estaría completamente involucrado en la formulación de una filosofía política conocida como agorismo que proponía el uso de una contra economía de mercados negros y grises para reemplazar las estructuras del Estado. El agorismo era una forma de anarcocapitalismo de izquierda, algunas de sus posturas como su radical anti-estatismo lo hacía más cercano a anarquistas más comunes que teóricos como Rothbard. Una de las ideas agoristas más populares de la actualidad es el uso de sistemas monetarios alternativos como el caso de Bitcoin.

En la actualidad la mayoría socialistas de libre mercado están en Estados Unidos, muchos son miembros del think tank anarquista Center for a Stateless Society (Centro para una Sociedad sin Estado/C4SS). Entre los más conocidos están Sheldon Richman, un rothbardiano de izquierda que había trabajado en el pasado para organizaciones libertarias como el Cato Institute y la revista Reason, sin embargo es conocido por su crítica del racismo como forma de colectivismo, señala que al ser el racismo un prejuicio colectivo, los individualistas tienen que oponerse.  Kevin Carson es un mutualista conocido como por su teoría de oposición entre libre mercado y capitalismo, también es conocido por acuñar el término «libertario vulgar» para referirse a los libertarios de derecha. Gary Chartier es un anarquista de mercado conocido por usar el término «mercados liberados» en vez de mercados libres porque señala que la izquierda libertaria a retórica de Estados que señalan defender el libre mercado cuando en realidad solo instalan privilegios estatistas. Roderick T. Long es un anarco-libertario conocido por su fusión entre las filosofías de Aristóteles y Wittgenstein con el pensamiento económico de la Escuela Austriaca y una defensa radical del sindicalismo. Los miembros del C4SS por lo general a diferencia de Hess y Rothbard están opuestos a involucrarse en elecciones. El C4SS tiene una política de copyleft que permite libremente traducir los artículos en inglés publicados por miembros de organización así como algunos clásicos de la izquierda libertaria publicados en su web, varios textos ya están en español algunos en misma web y otros en blogs. La editorial española Innisfree que había ya ha publicado traducciones de textos de SEK3, Karl Hess y Kevin Carson así como Roy A. Childs, un libertario anti-corporativista.

Un punto crítico no comentado es que socialistas de libre mercado tiendan a defender los derechos naturales por sobre los derechos humanos. Si bien es cierto que muchos libertarios de derecha tienen una justificación teológica de su defensa de los derechos naturales, los libertarios de izquierda en general ateos, paganos o profesantes de alguna religión oriental suelen cuestionar los derechos humanos en tanto su relación con la legitimidad de los gobiernos mientras encuentran razones filosóficas para justificar los derechos naturales. Los socialistas de libre mercado tienden a favorecer los derechos de propiedad pero no los derechos de autor. Más allá de que los socialistas de libre mercados son muchas veces críticos de la izquierda más estatista incluso libertarios no izquierdistas reconocen una profunda influencia marxista en Rothbard quién buscaría en Lenin inspiración para formular la estrategia política del Partido Libertario. Murray Bookchin, un famoso eco-anarquista norteamericano consideraba que los anarcocapitalistas por su radical oposición al Estado, especialmente los rothbardianos, podían ser considerados comunistas. Es más algunos incluso prefieren el término de comunistas de libre mercado. Varios favorecen la existencia de múltiples anarquismos incluyendo sociedades anarcocomunistas.

Los socialistas de libre mercado generalmente más conocidos como libertarios de izquierda se oponen a los libertarios de derecha por su apoyo a los derechos LGBT, sindicatos, ambientalismo y abolición de las fronteras; así como por su oposición al racismo, corporativismo e imperialismo.  Fuera de Estados Unidos su alcance es algo limitado, es posible que las traducciones del C4SS e Innisfree logren hacer al socialismo de libre mercado una opción atractiva en América Latina. El fracaso de la reforma de la privatización de las pensiones podría mostrarse como el fracaso del neoliberalismo, podría llevar a la conclusión clásica de que los defensores del libre mercado deben oponerse al capitalismo. En España curiosamente la editorial Innisfree parece algo simpatizante de la izquierda autónoma representado por PODEMOS pese a que hayan traducido a libertarios de derecha. Tal vez en otros países de la región se dé lo mismo. Por ejemplo, la oposición a la asociación pública privada que muchas veces emociona tanto a seguidores de Keynes y Friedman es rechazada por los libertarios de izquierda pues al igual que la Escuela Austriaca considera que la asociación público privada genera una colisión de intereses que conlleva en corporativismo y privilegios opuestos a un real mercado libre, porqué una empresa tendría que tener asegurada la recuperación de su inversión de parte del Estado acaso no debería dejar que la libre competencia determine el futuro de cualquier empresa, forma en que las pequeñas empresas podrían competir más libremente que contra monopolios estatales creados por el corporativismo. Pero no solo eso, la creación de ministerios y demás burocracia que para los socialistas de libre mercado tendría una clara muestra a la hora de pagar impuestas con una carga tributaria incluso atormentando a los más pobres que difícilmente llegan a beneficiarse de los programas estatales.

Los socialistas de libre mercado no han sido los únicos en oponer mercados libres al capitalismo pero son los únicos en formular un proyecto político inspirado por ello. En Estados Unidos su crecimiento se dio con la candidatura de un libertario de derecha como Ron Paul, con el tiempo varios de sus jóvenes seguidores se han ido a la izquierda. No será fácil entender la simpatía de jóvenes por Von Mises y Hayek que al mismo tiempo que tienen frases de aprecio al Che Guevara o incluso reconocen la importancia del pensamiento de Marx y conocen con devoción la obra de Bakunin. Si el eslogan del Mayo del 68 francés fue «sé realista, pide lo imposible» pareciera que su contraparte norteamericana hubiera olvidado las peticiones y continuara intentado formular un matrimonio entre la Escuela Austriaca de la economía, la contracultura de los 60s y el legado antiautoritario de la Nueva Izquierda para una sociedad libre tanto del Estado como el capitalismo, motivo para que la izquierda revise con atención sus propuestas.